Diarios de cáncer de mama

Siga la experiencia de Laurie con el cáncer de mama, desde su diagnóstico hasta su toma de decisiones de tratamiento. Entérese de cómo está ella un par de años después del tratamiento. Lea selecciones de su diario a continuación.
3 de octubre de 2005
Hoy fui a hacerme la mamografía anual, y los resultados fueron irregulares. Me programaron otra mamografía en dos semanas, que nos dirá más. Pero tengo la corazonada de que es cáncer de mama.
Si lo es, el cáncer es algo que nunca pensé que tendría que enfrentar de nuevo. En 1977 me diagnosticaron un linfoma no Hodgkin en Estadio IIIB. Afortunadamente, después de un año de tratamiento —que incluyó radioterapia y quimioterapia— lo superé y pude recuperar mi vida de nuevo.
Aunque parezca increíble, durante los últimos 30 años he disfrutado de una salud perfecta.
18 de octubre de 2005
Hoy tuve mi segunda mamografía. El radiólogo recomendó una biopsia. Aún sin haber salido del estacionamiento, llamé a mi oncólogo, el mismo que trató mi linfoma y que me ha estado examinando anualmente desde entonces. Él trabaja con un cirujano y un radiólogo en su clínica, así que, si algo va mal, es reconfortante saber que mi equipo de atención médica está preparado.
2 de noviembre de 2005
Hoy fui a hacerme la biopsia. Tenemos que esperar unos cuantos días para que salgan los resultados. Estoy preocupada y no puedo decir por qué exactamente, pero el tono de voz del radiólogo me hace creer que las noticias no serán buenas.
7 de noviembre de 2005
Los resultados de la biopsia indican que tengo cáncer de mama en etapa temprana. No es el resultado que esperaba, pero tampoco me sorprende del todo.
Es hora de armarme de valor para lo que me espera. Sé que puedo soportar el proceso. Después de todo, ya he pasado por eso antes. En general, estoy muy saludable, y eso es una gran ventaja, así como lo es la detección temprana. También tengo mucha suerte porque confío en mi oncólogo y en su equipo.
Mi oncólogo y yo discutimos mis opciones de tratamiento. Mi cáncer está en un estadio lo suficientemente temprano como para que una tumorectomía pueda ser suficiente para extirpar (retirar) el tumor. Esto requeriría radioterapia después de la cirugía. Pero hay un inconveniente. Como mi primer cáncer estaba centrado en el pecho, debajo del esternón, esa zona ya ha recibido una dosis completa de radiación. Necesitamos rastrear esos viejos registros médicos antes de estar seguros de que soy candidata para una tumorectomía. Si no los encontramos, o si descubrimos que la zona no se puede volver a irradiar, mi única opción será una mastectomía.
14 de noviembre de 2005
Fantásticas noticias: El centro médico localizó mis antecedentes médicos de hace 30 años, y podemos irradiar mi mama de nuevo. ¡Así que nos iremos por la tumorectomía! Qué alivio. Pero la verdad es que, si hubiera necesitado una mastectomía para recuperar mi salud, lo habría hecho sin pensarlo dos veces.
17 de noviembre de 2005
Ayer me hicieron la tumorectomía. Fue un procedimiento ambulatorio. No puedo ni empezar a expresar lo bien que me siento con solo saber que el tumor se ha ido de mi cuerpo. Hubo más buenas noticias: no hay ganglios linfáticos comprometidos (afectados).
Sin embargo, tengo que decir que mi mama está muy adolorida. He estado durmiendo con un sujetador quirúrgico que se engancha por delante. De esa manera, no tengo que levantar los brazos por encima de la cabeza, así que es mucho más fácil de poner y quitar que un sujetador normal. También he estado durmiendo con una almohada grande contra mi pecho para mayor apoyo. Estoy mucho más cómoda así, y con ella puedo tener un poco del descanso que tanto necesito.
Una gran parte de pasar por este proceso consiste en manejar mis miedos. Cada vez que empiezo a preocuparme por lo que podría pasar en el futuro, doy un paso atrás y me concentro en el aquí y ahora.
- No me estoy adelantando a los hechos.
- Confío en las personas que me están tratando.
- Creo que soy lo suficientemente fuerte como para superar lo que sea que se cruce en mi camino.
A veces convencerme a mí misma requiere cierta disciplina mental, pero no hay duda de que mi actitud me ayuda a manejar el estrés diario de todo esto.
30 de noviembre de 2005
¡Acabo de hablar con mi médico y decidió que no recibiré quimioterapia! Hoy es uno de los días más felices de mi vida.
Después de mi tumorectomía, sabíamos que tendría radioterapia. Mi oncólogo me dijo que necesitamos considerar si debemos usar quimioterapia o no. Me habló de la prueba que puede predecir la probabilidad de que reaparezca el cáncer de mama, y la probabilidad de que yo me beneficie de la quimioterapia. Cumplí con todos los requisitos para la prueba, así que decidimos ordenarla.
Había mucho en juego para mí. Después de mi tratamiento para el linfoma, había alcanzado la cantidad máxima permitida de por vida para algunos medicamentos de quimioterapia que también se utilizan para tratar el cáncer de mama. Tomarlos por segunda vez me expondría a terribles factores de riesgo, tales como la leucemia y el daño cardíaco, complicaciones que realmente quería evitar en lo posible.
Esperamos dos semanas por los resultados, y no fue fácil. Nunca olvidaré el momento en que me enteré de mi Puntaje de Recurrencia
Había salido de la casa para hacer algunas diligencias. Cuando volví al garaje, mi marido Peter estaba de pie en lo alto de la escalera con una amplia sonrisa en su cara, con los brazos extendidos, ¡esperando para abrazarme! (Mi médico había llamado para darme los resultados mientras yo estaba fuera y, obviamente, le había dado mi permiso para compartir los resultados con Peter.) Apenas vi a mi marido, sabía que había obtenido un puntaje bajo. Ahí fue cuando mi recuperación mental realmente empezó.
El resultado de mi Puntaje de Recurrencia fue de 17. La prueba Oncotype DX nos proporcionó datos para tomar una decisión informada. El puntaje de bajo riesgo me libró de mucho miedo. A partir de ese momento, todo lo que necesitaba era dar un paso a la vez para completar mi camino en el tratamiento.
30 de junio de 2006
¡Acabamos de regresar de un viaje a las Islas Galápagos!
Empecé a planificar el viaje mientras recibía radioterapia. Hacer esos planes y mirar hacia el futuro realmente simbolizó el final de ese capítulo de mi tratamiento.
Me encanta viajar. Este viaje en especial significó mucho para Peter y para mí. Representó la renovación, la belleza, la aventura … y un nuevo comienzo.
30 de enero de 2008
Volviendo a ver mis entradas del diario de 2005, estoy segura de que tomé las decisiones de tratamiento correctas. Terminé la radioterapia a principios de 2006, y tomaré un inhibidor de la aromatasa durante los próximos cinco años. He estado libre de cáncer desde que comenzó mi tratamiento.
¡Mi médico me observa con ojos de halcón! Me examina cada dos meses y tengo mamografías cada seis meses. La expectativa siempre está ahí, pero me consuela saber que, si se detecta algo, mi equipo de atención médica lo descubrirá a tiempo.
La terapia hormonal también es difícil. Como mi tumor fue positivo para receptores de estrógeno, la terapia reduce mi nivel de estrógeno a cero. Por un lado, me alegra tenerla como prevención, pero también parece haber resecado mi piel. También tengo más dolor y rigidez en las articulaciones a pesar de que me mantengo físicamente activa. Afortunadamente, estoy involucrada en un programa local de supervivencia del cáncer y he aprendido muchas cosas que puedo hacer por mí misma para ayudarme.
Gracias a la excelente atención que recibí de mi equipo de atención médica, y con el maravilloso apoyo de mi esposo y familia, he regresado a todas las actividades que enriquecen y traen alegría a mi vida. Sigo siendo una ávida viajera, excursionista, nadadora de larga distancia y practicante de taichí. Entre tanto, disfruto de mi vida profesional como escritora de no ficción e historiadora corporativa.